Siempre me ha gustado la poesía de Gabriela Mistral; más aún luego de haber profundizado en su poética y estética. Que no es otra cosa que una heterogénea combinación de elementos místicos, que mezcla el platonismo, el catolicismo, el cristianismo y el budismo con la identidad indígena y localizada que se construyó Lucila Godoy Alcayaga para sí misma. Porque no solo poetizó en la escritura, sino que también lo hizo con su vida, novelándola, entrelazando realidad y ficción, y dejando hasta el día de hoy una serie de incógnitas en torno a diversos aspectos de su vida personal.
En fin. Entrando en materia: la prosa poética de Desolación (1922), sección a la que pertenece el Decálogo del artista, mantiene la temática abordada en los poemas del mismo texto, pero de una forma mucho más directa, que permite al lector comprender mejor el camino leído y la experiencia de las páginas anteriores. El Decálogo del artista que elabora Mistral es una concisa muestra de su poética y donde queda en claro cuál es su concepción de la belleza, del arte y de la labor del artista; y que nos permite conocer cuál fue la "fórmula" que la poeta utilizó, y utilizaría, en su creación, y lo que permite a la vez comprender mejor el contenido de la poesía de Gabriela Mistral.
Aquí dejo este Decálogo. Diez mandamientos que deberíamos tener presente para cada una de las cosas que creamos a lo largo de nuestra existencia.
Decálogo del artista
I. Amarás la belleza, que es la sombra de Dios sobre el Universo.
II. No hay arte ateo. Aunque no ames al Creador, lo afirmarás creando a su semejanza.
III. No darás la belleza como cebo para los sentidos, sino como el natural alimento del alma.
IV. No te será pretexto para la lujuria ni para la vanidad, sino ejercicio divino.
V. No la buscarás en las ferias ni llevarás tu obra a ellas, porque la Belleza es virgen, y la que está en las ferias no es Ella.
VI. Subirá de tu corazón a tu canto y te habrá purificado a ti el primero.
VII. Tu belleza se llamará también misericordia, y consolará el corazón de los hombres.
VIII. Darás tu obra como se da un hijo: restando sangre de tu corazón.
IX. No te será la belleza opio adormecedor, sino vino generoso que te encienda para la acción, pues si dejas de ser hombre o mujer, dejarás de ser artista.
X. De toda creación saldrás con vergüenza, porque fue inferior a tu sueño, e inferior a ese sueño maravilloso de Dios, que es la Naturaleza.
Gabriela Mistral: Desolación. Barcelona: Andrés Bello, 2000.
No conocía el Decálogo, buen apunte. Bonito blog.
ResponderEliminarSeguiré pasándome.
Sí, es un texto bastante desconocido. Y es que al final siempre terminamos leyendo lo mismo de Mistral, que coincide con lo que leímos en el colegio: las rondas y los poemas para niños. Es bueno ir descubriendo aquellas cosillas que terminaron por darle el Nobel.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y siempre serás bienvenida por estos lados.