Vuelvo a García Lorca. Antes leí Mariposa, y luego de una digresión acerca de su ingrávida figura, vuelvo al poeta español, principalmente por las palabras que dedicó a la infancia. De hecho, Mariposa es un juego de imágenes y palabras que para un niño puede ser perfectamente su primera experiencia con la poesía –no infantil– y su lenguaje. Y de Mariposa me paso a Canción primaveral, un poema que juega con la primavera y la infancia, un paralelo entre el más agradable de las estaciones de la Tierra y el periodo más cándido del ser humano.
Canción primaveral
Salen los niños alegres
de la escuela,
poniendo en el aire tibio
del abril canciones nuevas.
¡Qué alegría tiene el hondo
silencio de la calleja!
Un silencio hecho pedazos
por risas de plata nueva.
Federico García Lorca: Obras completas I. Madrid: Editorial Aguilar, 1978.
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