Páginas

3 ago 2009

Piedra negra sobre una piedra blanca — César Vallejo

Sigamos con el leitmotiv de la muerte. ¿Cuántas veces se ha escuchado de que lo único seguro en la vida del ser humano es que un día –o noche– le llegará la muerte? La literatura trabaja este tema desde diversas experiencias: el amante desesperado ante la temprana muerte de su amado, la joven que muere de melancolía por el amor perdido, el amante que quisiera yacer junto a los huesos de su amada, y un largo etcétera. Sin embargo, han sido muy pocos los que han tenido el presagio de la muerte, pero no ese presagio del oráculo, o de una aparición reveladora o de una epifanía; sino el presagio que se presenta como un recuerdo del futuro. Uno de ellos es César Vallejo. El poeta peruano que vio el recuerdo de su propia muerte, y la que precisamente ocurrió en un otoño parisino.


Piedra negra sobre una piedra blanca

Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París y no me corro
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.

César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro

también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...

César Vallejo: Poemas humanos. Madrid: Castalia, 1987.

5 comentarios:

  1. La muerte nos fascina. Pero es dificil explicar ou hablar sobre ela. Abraço.

    ResponderEliminar
  2. Sí, es uno de los fascinantes misterios.

    ResponderEliminar
  3. Excelente soneto de mi compatriota César Vallejo y el más famoso también. Me fascina el verso:

    Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
    estos versos, los húmeros me he puesto
    a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
    con todo mi camino, a verme solo.

    Y el último:

    también con una soga; son testigos
    los días jueves y los huesos húmeros,
    la soledad, la lluvia, los caminos...

    ResponderEliminar
  4. Beck!, comparto contigo que la segunda estrofa es de una potencia increíble. Esa confesión de la muerte. Aunque falleció un Viernes Santo (15 de abril de 1938), y no un jueves; sí presagió que sería un día parisino oscuro y con lluvia.

    ¡Saludos!

    ResponderEliminar
  5. Es el misterio de las palabras: al ordenarlas se puede construir ideas e imágenes de increíble potencia. La literatura y la poesía, luego de la música son lo mejor que ha podido crear el ser humano.

    ResponderEliminar