Y de Spinetta a la aplanadora del rock argentino: Divididos. Gran grupo de potente sonido, especialmente para quienes hemos tenido la suerte de escucharlo en vivo. Son de esos tríos de los que poco se dan en la actualidad. Su formación es con Ricardo Mollo en voz y guitarra, aunque la verdad es que es dueño de un vozarrón, además de ser un excelente guitarrista; en el bajo cuenta con un invasor del silencio llamado Diego Arnedo, y en la batería, hoy, con Catriel Ciavarella. A diferencia de Spinetta, que trabaja con una poesía de metáforas sencillas, pero no por ello faltas de profundidad, acompañadas con un ritmo justo y preciso; Divididos utiliza un lenguaje más coloquial y de metáforas un tanto crípticas. En lo personal, me cuesta comprender el contenido de muchas de sus canciones, principalmente por los argentinismos y referencias locales que presentan; sin embargo todo se suple con el idioma universal de la música y del rock. Acá dejo una de mis letras favoritas de Divididos: Soy quien no ha de morir. Como dice Claudio Narea de Los Prisioneros: "Gran tema".
Soy quien no ha de morir
Soy quién no ha de morir, no
siempre regresaré
de veras.
En las calles de tus pensamientos
en cualquier lugar
de veras.
Árbol de sombra joven
seré el remanso fiel
que tendrás.
Con todo su esplendor detrás
y algún presagio gris
me hayarás.
Soy el sonido de tus pasos
la claridad de tu
despertar.
Soy quien no ha de morir jamás
siempre regresaré
de veras.
Divididos: 10, 1999.
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