Irónica fábula de Augusto Monterroso, uno de los genios de la microficción... Y luego de la lectura me pregunto, ¿a quiénes seguimos fusilando para ejercitarnos en nuestras propias artes?
La oveja negra
En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra.
Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras, eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
Augusto Monterroso: La oveja negra y demás fábulas. Ediciones Era, 2006.
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